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Asdruban, es el sexto emperador del imperio Uth-Nimano. Reside en un palacio en la capital de su reino, que se encuentra en el norte del continente Harabal.

Personalidad y características generales[]

Al igual que sus antepasados, es un hombre fuerte físicamente hablando , poderoso y despiadado, poco supersticioso, muy egocéntrico y moderadamente progresista en cuanto a métodos de opresión y subyugación popular. Para sustentar esta personalidad realiza actividades que demuestran ensalzan su figura, por ejemplo: la práctica indiscriminada de deportes de riesgo que incluyen la caza de animales exóticos, la copulación maratónica con las cuarenta y tres mujeres que pertenecen a su harén, y las ejecuciones públicas de las que él siempre realiza la primera a modo de apertura de un festín de decapitaciones y empalamientos. También es el primero en ponerse una armadura y arengar a la conquista a sus hombres en cuanto las negociaciones de sus embajadores fracasan por la vía diplomática en anexar nuevos territorios a su imperio (Incluso, cuando tiene ganas, organiza campañas de conquista contra pueblos infinitamente más débiles que el suyo, por el sólo placer de regodearse en la miseria ajena). Por sus actividades, posee una contextura física privilegiada con respecto a su edad biológica (unos 45 años), viste holgadas ropas que incluyen pantalones abuchados de color oscuro, botas de cuero marrón claro. Un chaleco rojo con bordados dorados acompañado por una camisa de seda clara. Su cabeza bien proporcionada posee una abundante melena ligeramente ondulada que le llega a los hombros. Sus ojos son negros como dos carbones (y "metafóricamente" cuando enfurece se transforman en dos brasas ardientes) y reflejan la experiencia del mando por medio del terror y la imposición. A esto se le suma una barba recortada que acentúa un perfil frenológico exacto de un líder tan impiadoso como espontáneo.

El accidente del emperador[]

A todas las dinastías, a todos los imperios, les llega el final de un modo u otro: a menudo se trata de una guerra o una revolución. En todo caso siempre incluye sangre y violencia en grandes dosis. En el caso de Asdruban la historia le jugó una mala pasada: en una de sus tradicionales partidas de caza en las sabanas de Gur Ghan Moth, al sur de su imperio, tuvo la mala fortuna de caer del carro en el que iba mientras estaba por asestar un flechazo mortal a un león. La caída, sin ser mortal, generó en el monarca una fractura expuesta en su pierna izquierda.

Sus sirvientes lo asistieron y tuvieron que improvisar una camilla. De regreso a la corte, los médicos determinaron inmovilizar la pierna y aplicar emplastes analgésicos a la lesión. Al parecer todo se solucionaría con reposo y paciencia. Pero la fractura se infectó y devino en una gangrena. Los médicos de la corte lidiaron con ella como pudieron y finalmente la contuvieron por medio de una amputación desde la rodilla para abajo.

A partir de ese entonces, el estado de salud del emperador fue tema de seguridad imperial y sólo un reducido grupo de hombres sabía de la situación verdadera de Asdruban: el médico de la corte Hammur y sus asistentes, el consejero real Yudeb y el jefe de la guardia imperial Al-Samuf. Luego de la amputación del emperador y su total recuperación surgió el verdadero problema: la figura poderosa de Asdruban, basada en su poderío físico, se convertiría en el hazmerreír de todo su pueblo si se presentaba ante ellos cojo, en muletas o postrado en un sillón. La pierna del emperador se convirtió en materia de estado y eso supuso un cambio en la personalidad de Asdruban (dejó de practicar deportes y se alejó de las concubinas de su harén para evitar el cotilleo femenino). Se aplicó a intensas tareas estatales que le permitían estar solo o débilmente custodiado por hombres de confianza. Se le solicitó a un ebanista que tallara una pierna de madera con articulaciones, como las que usan los titiriteros con sus marionetas. La prótesis improvisada funcionó en casos circunstanciales, nunca para estar erguido o caminar, pero si para dar la falsa apariencia de que sí podía hacerlo.

Por otra parte, los dolores generados por la ausencia y las terminales nerviosas destrozadas deprimieron más a un gobernante tirano que descargaba su ira contra sus súbditos. Cuando el dolor se tornó insoportable y la farsa comenzó a afectar la estabilidad del imperio el monarca decidió recurrir a un campo que no le generaba ninguna gracia: la magia y la hechicería. Es así como, en forma disimulada comenzó a consultar viejos volúmenes de la biblioteca imperial (sus antepasados eran tan incultos como él pero los consejeros reales anteriores se habían encargado de llenar las estanterías de algunos salones vacíos del palacio). Finalmente encontró luz en la oscuridad: leyendas de magos y hechiceros capaces de revivir a los muertos, creadores de fabulosos objetos y por supuesto, con la capacidad de regenerar de miembros.A partir de este vago conocimiento, los hechiceros pasaron a ser el blanco de los agentes secretos del emperador: cada poblador o extranjero que pudiera ser capaz de efectuar proezas mágicas debía ser presentado a la corte.

La búsqueda y la expedición fallida[]

Lamentablemente para Asdruban, sus abuelos habían proscripto por decreto real a todos aquellos que intentaran practicar la hechicería dentro de los límites del imperio. La pena para alguien acusado de mago era la inmediata ejecución por decapitación. Quedaban exentos los extranjeros que gozaran de un permiso real

Sus agentes pronto dieron con un grupo de aventureros extranjeros que eran capaces de ayudarlos en tales circunstancias. Mandó a que los secuestraran del lugar donde se hallaban hospedados y los obligó a asumir el compromiso de ser bañados en riquezas si lograban su cometido (encontrar un modo de restituir su pierna) o morir de un modo espantoso si no lo lograban. Los aventureros en cuastión eran Bëren, Dakk Thorn y Tania de Maeress (que había estado trabajando en La posada de Ushnuk, un burdel local de alto nivel ).

El mago Kiriano Bëren sabía que al oeste de la capital, pasando los límites del imperio había una región de mesetassemi-desérticas, se rumoreaba sobre la existencia de un templo dedicado al dios Zoraz (una deidad afín a la paz, la meditación y el espiritismo), quizás allí fuera posibleencontrar más información acerca de un hechicero “regenerador”.

Asdruban, al igual que su corte, poseía un nulo conocimiento de asuntos que implicaran misticismo o religión puesto que su sociedad se basaba en las demostraciones concretas de poder y su único dios era Sha-ah (el soberano de la fuerza). Visto y considerando lo que los extranjeros sugerían, el emperador no tuvo más remedio que aceptar sus palabras. A continuación ordenó a su jefe de guardias, Al-Samuf, que preparara una expedición de quince guerreros hacia el oeste en busca de ayuda, si los extranjeros intentaban escapar o sublevarse les haría probar el filo de su cimitarra.

La partida imperial marchó hacia el valle de Kimugh, allí se encontraba el templo de Zoraz, pero jamás regresaron. Ni los extranjeros ni las fuerzas de Asdruban. Sólo por el testimonio de algunos viajeros ocasionales se supo que el valle había sufrido un derrumbe terrible a causa de tun fuerte temblor de la tierra y que las vías de acceso a su interior estaban bloqueadas.

Ante la pérdida de una oportunidad invaluable, el consejero real sugirió al emperador exponer la verdad ante los súbditos haciendo ver que ese accidente era una herida de guerra. Secretamente se financió a unos poblados más al sur, para que se armaran hasta los dientes y organizaran una resistencia anti Uthnimana llamada "la liga de Yaumar". Luego se buscó una excusa para declarar una guerra y finalmente el imperio Uth Nimano arrasó con ellos. En un combate épico, que se recordaría hasta el fin de los tiempos, Asdruban perdería una pierna luego de matar a una veintena de enemigos y luego lucharía hasta el final contra un centenar más antes de que la batalla terminara.

El presente de Asdruban[]

Tras el anuncio de la lesión de Asdruban, éste mandó a confeccionar una prótesis de su pierna en marfil con joyas engarzadas y una exquisita talladura. Su autoridad creció considerablemente y su reputación como fiero guerrero se extendió más allá de las costas del imperio. Ganó el mote de "Pie del Sha-ah" o "El león blanco de Uth-Niman".

Los últimos movimientos del emperador han sido el establecimiento de vínculos comerciales con las ciudades de los continentes del norte y extensas campañas de conquista hacia el este de la capital, hasta la región pantanosa de de Istak Belim.

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